jueves, 20 de agosto de 2015

La naturaleza nos acerca a nuestra verdadera identidad



¿Por qué a veces es tan difícil decidir  adónde ir? Creo que hay un sutil magnetismo en la naturaleza que, si cedemos a él inconscientemente, nos lleva a donde corresponde. No es indiferente hacia donde vamos. Existe un camino correcto, pero, por atolondramiento o estupidez, somos proclives a tomar el equivocado. (Pasear -Henry David Thoureau).

Para los psicólogos evolucionistas, muchos de nuestros comportamientos y atracciones constituyen vestigios de las antiguas necesidades animales: si los humanos valoran tanto el espectáculo de una naturaleza hermosa- un río bordeado de árboles, un litoral bajo el sol, es porque ven en el la promesa de recursos para su supervivencia, un lugar donde comer, reposar, restablecerse... Sin embargo, más allá del placer que se siente, también se despierta un oscuro y profundo sentimiento de pertenencia a un orden que nos engloba y nos supera. Por eso no dejamos de observar la naturaleza, incluso de admirarla. En realidad, entramos en connvivencia con ella, nos acercamos a nuestra identidad más elemental: la de los seres vivos. No hacemos más que sumergirnos en la naturaleza,  regresar a ella; cuando contemplamos un árbol en flor, cuando nos absorbe el movimiento de las olas o las nubes. (El Arte de la Felicidad- Chistophe André)

Me levanté por la noche y contemplé el paisaje.
Nunca, nunca me ha parecido la naturaleza tan conmovedora, tan delicada ( Vincent Van Gogh).


Thoureau nos guía en su libro hacernos varias reflexiones, poniendo como maestra a la naturaleza salvaje, entre una de las reflexiones que me induce a pensar es "Si conoces la oscuridad,el pantano deprimiente, el estiércol, lo primitivo, serás capaz de crecer" veamos qué dice  este naturalista, poeta norteamericano en el libro Pensar :

La vida coincide con lo agreste. Lo más vivo es lo más salvaje. La presencia de la naturaleza no sometida al hombre lo renueva. 

Para mi, la esperanza y el futuro no están en los jardines ni en los campos cultivados, en los pueblos ni en las ciudades, sino en los pantanos inaccesibles y movedizos. 

Si aunque me consideréis perverso, si me propusieran vivir en el vecindario de los jardines más bellos que el arte humano haya concebido o en un "Pantano deprimente", sin duda elegiría este último ¡ Qué vanos han sido para mi todos vuestros esfuerzos, ciudadanos!

Mi ánimo infaliblemente se levanta en proporción directa aún exterior monótono ¡Dádme el océano, el desierto o las extensiones salvajes.! En el desierto, el aire puro y la soledad compensan la falta de humedad y fertilidad. El viajero Burton dice al respecto : La moral mejora, uno se vuelve franco y cordial, hospitalario y decidido... En el desierto, los licores fuertes estimulan solo la repugnancia. Hay un gozo intenso en la mera existencia animal."  Quienes han viajado mucho por las estepas tártaras dicen : " Al regresar a las tierras cultivadas, la agitación, la perplejidad y el torbellino de la civilización nos oprimía y sofocaba, como si nos faltara el aire, y a cada momento pensábamos que íbamos a morir de asfixia." En el bosque profundo, en el pantano más denso, más interminable está el lugar sagrado. Allí está la fuerza, la médula, de la naturaleza. 

En el simple aspecto de los árboles primitivos y ásperos había un principio que curtía y fortalecía las fibras del pensamiento humano. ¡Ay, tiemblo por esta época degenerada, en comparación , de mi pueblo natal en que ya no se puede recoger un buen montón de corteza gruesa ni producimos brea ni trrementina!


Ahora sé que a lo que más temo, es lo que más me puede enseñar (Fuente Wobi: Maria Belón sobreviviente del Tsunami 2004)


Un abrazo,

María Helena


Fuentes de consulta :
Libro El Arte de la Felicidad - Christophe André, pág.21
Libro Pasear Henry David Thoreau, págs.17, 22,23,24,27
Web :Wobi ( World of Business Ideas)

miércoles, 19 de agosto de 2015

Acción y sentimiento van juntos


Foto de mi autoría, tomada en el Museo Reina Sofía de Madrid


Una reflexión de José Antonio Marina sobre la motivación: hay dos tipos de motivación: Una la sentida emocionalmente y otra la pensada a palo seco. El Psicólogo Albert Ellis dice " ya es hora de que digamos a nuestros clientes(pacientes) que se puede realizar una acción aunque no se tenga ganas de hacerla". 


Hasta ahora se pensaba que para actuar (obrar) había que sentir. Hoy se sabe que el sentimiento aparece cuando empezamos a actuar.(William James, del libro Aprendo a vivir, Bernabé Tierno).


Obrar, comportarnos - como si-, tuviéramos en realidad el sentimiento que deseamos adquirir y no obrar conforme al sentimiento que pretendemos desechar.

Pero ¿tenemos, un dominio directo sobre el sentimiento? ¿No? Podemos provocarlo por medio del pensamiento(ideas), ya que, necesariamente, las ideas tienen que pasar por él en su evolución hacia los actos. Pero también podemos provocar el sentimiento por medio de los actos, obrando, como si, ya tuviéramos el sentimiento deseado. 

Queda claro que no tenemos un dominio directo sobre los estados afectivos (sentimientos), aunque podemos llegar hasta ellos indirectamente y por su mediación actuar con gran energía sobre las ideas y los actos. Cuando estamos en posesión de un determinado sentimiento , ya sea de tipo instintivo o adquirido y provocado, está en nuestras manos desarrollarlo y potenciarlo al máximo hasta convertirlo en una fuerza tremenda, desmedida, casi incontenible que llamamos "pasión". Esta pasión, esta energía sin limites, alimentada por el entusiasmo y una actitud mental tan positiva que es capaz de conseguir objetivos que se consideraban inalcanzables, milagrosos" , es la que ha alentado a los hombres y mujeres que más han hecho por la humanidad en todos los campos : ciencias, letras, artes, política, religión, acción social, etc.

La acción parece continuar al sentimiento, pero en realidad van juntos (William James).


Bien, por otro lado, debemos tener cuidado de la procrastinación, producida por una falta de concentración en una cosa a la vez, por lo que si hacemos una cosa y pensamos en otra, vamos postergando lo que tenemos pendiente. La mente se distrae en un millón de ideas, y al final no hacemos lo que tenemos que hacer. Es cierto que no se trata de ser demasiado exigente con uno mismo y que de vez en cuando nos podemos permitir (y debemos) el lujo de no hacer nada. Pero ha de ser una decisión libre en el sentido de tener ganas de no hacer nada y siempre que se utilice como una medida de descanso y no como una manera de evitar nuestras responsabilidades. 


Recomiendo para ampliar conocimientos sobre este enlace "Acción y sentimiento van juntos", la lectura de los  Libros: " Más despacio", Richard Carloson y Joseph Bailey / "Crear en la vanguardia" José Antonio Marina/ "Aprendo a vivir", Bernabé Tierno.


Nuevamente gracias por vuestra Atención y un abrazo,




Maria Helena

sábado, 15 de agosto de 2015

Ser uno mismo



En mi cuarto de retiro estoy solo.

Guardo la llave conmigo todo el tiempo, 

a nadie se le permite entrar sin mi permiso.

Fuera del presente
y hacia el no tiempo
He descartado la electricidad de las lámparas
y cuido de la chimenea y de la estufa yo mismo.
Por la noche, enciendo lámparas viejas.
No hay agua corriente, y bombeo el agua del pozo.
Corto la madera y cocino la comida.
Estos actos simples hacen simple al hombre,
¡ y qué difícil es ser simple!

Carl Jung, del Documental El mundo interior.


En una entrevista de la revista wobi (http://www.wobi.com/es/articles/encuentro-con-la-verdadera-identidad, el filósofo suizo Alain de Botton, hace la siguiente reflexión, "En las sociedades avanzadas nos pagan salarios elevados que aparentan hacernos más ricos, pero en realidad el efecto red puede estar empobreciéndonos, al alentar en nosotros expectativas ilimitadas y mantener abierta la brecha entre lo que queremos y lo que podemos afrontar".

De Botton explica que el meollo del asunto está en “El sentimiento de que podríamos ser otro y no el que somos, generado por los logros superiores de aquellos que tomamos como iguales, lo que nos provoca ansiedad y resentimiento”.

Y que No son los bienes materiales lo que queremos, sino las recompensas”, es decir la valoración de lo que otros hacen de nosotros o de nuestros logros. 

Bien, he compartido hasta el momento una reflexión de Carl Jung al inicio del enlace, y luego las reflexiones de Alain de Botton, resaltando con negrita y cursiva lo que planteo como "el problema".
Ahora veremos unos conceptos de lo que dice la ciencia de la Psicología al respecto:

Del libro de la Uned, Psicología Social(págs.428,434-435), dice : 

El autoconcepto :es la idea o imagen que el individuo tiene de si mismos, lo que sabe de si mismo. El autoconcepto global de una persona está formado por los distintos roles que desempeña, los contextos en los que se desenvuelve, las actividades que realiza, los rasgos que posee, el estado de ánimo que presenta en cada ocasión, etc. Parte de estos múltiples aspectos del autoconcepto pueden variar con el tiempo, o crearse otros nuevos. 

La autoevaluación es el motivo que nos lleva a buscar información precisa sobre nosotros mismos y a revisar críticamente todos aquellos componentes que forman parte de nuestro autoconcepto: habilidades, limitaciones, comportamiento, creencias, sentimientos, etc. 

Para una autoevaluación positiva las personas utilizamos tres tipos de estrategias :

-mediante la comparación social: según el modelo del mantenimiento de la autoevaluación(Tesser,1988), las personas desean mantener una autoevaluación positiva, y dicha autoevaluación está influida por las comparaciones que establecemos con los demás. Por ejemplo, si nos sentimos mal en un momento determinado, compararnos con personas inferiores a nosotros en cualquier aspecto puede ayudar a que nos sintamos mejor.

-a través de la reducción de la incertidumbre : al activar el autoconcepto y su autoevaluación se puede generar una incertidumbre sobre cómo somos realmente y tratamos de reducirla comparándonos con los demás. 

-expresión de valores: expresar nuestros valores nos proporciona herramientas para conocernos y evaluar la información que tenemos de nosotros mismos. La autoafirmación es el ejemplo más claro de la expresión de valores como estrategia para mantener una autoevaluación positiva. Consiste en expresar claramente nuestras necesidades, deseos, actitudes, opiniones, sentimientos, etc. La autoevaluación positiva se consigue mostrando una imagen competente , coherente, socialmente aceptada, etc. 

Mi comentario: Buscar ser  igual o mejores que los demás, es sano y correcto, siempre y cuando busquemos ser mejores dentro de nuestras propias posibilidades, basándonos en mejorar lo que nos ha sido otorgado como talento innato, el don que cada uno posee, ese que no se puede copiar.

Quienquiera que imite a otro , sea este otro quien sea, camina en dirección contraria.
Es imposible convertirse en otro. Nuestra única esperanza estriba en ser nosotros mismos con más plenitud(Vivir con plenitud las crisis-Jon Kabat Zinn).

Buscar la aprobación y aceptación por nuestros actos, y logros como recompensa es peligroso, todos queremos ser apreciados y recompensados por lo que hemos hecho, pero si basamos nuestros actos, logros e inclusive la toma de decisión en función de la aprobación de los demás, ponemos nuestra vida y bienestar en manos de los otros, dependeremos  de su aprobación, felicitación y valoración para actuar, y esto sí que seria un grave error, el resultado final sería un estado emocional de : ansiedad, tristeza, estrés, inseguridad, y rabia. 

Nuestro objetivo será trabajar cada día en ser mejor de lo que fuimos ayer, Es un trabajo que no tiene fin, es de momento a momento, de una búsqueda y observación constante sobre nosotros mismos, de paciencia, aceptación, comprensión, tolerancia, sobre uno.  Es tomarse un tiempo cada día, y destinarlo a la calma mental, es a partir de ahí que empezaremos a conocernos y reconocernos para poder actuar de acuerdo a nuestro ser.

Un abrazo y suerte,

María Helena